INFORMACIÓN BÁSICA
- Localización: Se encuentra ubicado en la región oeste de Portugal, cerca de la villa portuguesa de Bombarral, a unos 45 minutos en coche desde Lisboa.
- Pros: Un lugar maravilloso para toda la familia que combina naturaleza, arte y vino.
- Contras: No se puede comer en el interior salvo en el restaurante, con precios demasiado elevados.
DESCRIPCIÓN
Este parque/jardín botánico es de los más visitados de Portugal. Posee más de 35 hectáreas y se encuentra cerca de la localidad de Bombarral. Nosotros acudimos bastante temprano pues éramos conscientes, por las diversas opiniones en internet, de que llega a llenarse de gente. Esto dificulta la toma de fotos y, por consiguiente, la experiencia de la visita.
El Buddha Eden es el jardín oriental más grande e importante de toda Europa. Su creador es el empresario Joe Berardo, quién decidió crear este jardín en homenaje y como reacción a una de las mayores destrucciones de la cultura y el arte, nos referimos a los Budas gigantes de Bāmiyān, en Afganistan.
Después de aparcar en la enorme explanada de la que disponen, nos dirigimos a la entrada. El personal de la venta de tickets fue muy amable y nos explicó todo de manera detallada.
Horario y precio:
Horario de Enero a Marzo y de Octubre a Diciembre: De 9:00 a 18.00 horas, aunque la última entrada es hasta las 17.30.
Horario de Abril a Septiembre: De 9.00 a 19.00 horas, cuya última entrada es a las 18.30.
Precio: 5 €. Menores de 12 años entran gratis.
Tren turístico: Da vueltas alrededor del jardín efectuando un total de tres paradas por si alguien desea bajarse a explorar una de las zonas cercanas. Su precio es de 4 €.
En primer lugar, nada más entrar hay una cuesta un tanto empinada para personas con movilidad reducida. Esta nos conduce a la parada del tren turístico el cual rodea el parque. Entrando por la derecha, antes de la parada, damos al Lago das Palmeiras; un lugar maravilloso rodeado por palmeras y con peces en su interior. Una zona llena de paz y naturaleza, ideal para contemplar.
A pesar de que el mapa muestra un determinado orden, nosotros decidimos ir por libre de fuera a adentro deteniéndonos en aquello que nos parecía más interesante. De este modo llegamos al Labirinto de Bambu; un laberinto repleto de Bambú por todos lados donde cada pocos metros vamos descubriendo numerosas esculturas de interés.
Asimismo, es divertido incluso para los más pequeños, pues este lugar se convierte en un sitio interesante donde tomar fotos e incluso grabar vídeos del discurrir del camino que nos lleva hasta el exterior del mismo. Y no solo eso, sino que si encima hace calor este laberinto es de agradecer, pues la vegetación es alta y da bastante sombra.
Después de traspasar este laberinto, dimos con el Jardim de Arte Moderna; un espacio natural donde apreciar el arte contemporáneo en un ambiente tranquilo. Además, se encuentra integrado con plantas y árboles entre monumentos elegidos por artistas como Alexander Calder, Fernando Botero, Tony Cragg, Lynn Chadwick y Allen Jones entre otros.
Continuando por el camino, llegamos a parar al Jardim de Esculturas Africanas; un jardín dedicado a los hablantes de Shona de Zimbabwe que han estado esculpiendo la piedra a mano en diversas obras de arte durante mil años. Los Shona creen en los espíritus ancestrales, los cuales son conocidos como Vadzimu.
Así existe una unidad entre los mundos espiritual y físico, la cual se refleja en sus esculturas. Hay cerca de 200 esculturas exhibidas con cerca de 1000 palmeras.
Después de terminar con este área, cruzamos un bonito puente que nos lleva hasta una de las zonas estrella del parque: los Guerreiros Xian em Terracota. Como su nombre indica, se trata de un lugar con multitud de estos guerreros que nos recuerda la representación de los guerreros del primer emperador de China.
También observamos por los alrededores más esculturas dedicadas a la cultura asiática que no nos dejan indiferentes.
Después continuamos caminando hacia la Escadaria dos Budas Dourados donde, más adelante, podremos deleitarnos con una de las esculturas más famosas de todo el jardín y que nos evoca fuertes recuerdos del Buda reclinado del templo Wat Pho.
Esta zona es ideal para tomar fotografías, pero es complejo en cuanto a tomar una foto «limpia», ya que suele estar atestada de gente. Nosotros, al ir tan temprano, pudimos tomar una buena panorámica, más o menos decente.
Tras observar el Buda gigante que se encuentra justo detrás del anterior, tomamos un camino repleto de pequeños Budas. Se trata de una especie de sendero que nos lleva hasta unas torres de pagodas (Torres de Pagode) y que da a un bonito paseo que cruza unos bonitos lagos que inspiran paz, de ahí su estupendo nombre; Lagos de Tranquilidade.
Después de seguir por el pequeño camino que poco a poco nos lleva hasta el Lago Pagoda, podemos observar más guerreros de terracota por el camino. Este lago contiene varias especies de peces que no dudarán en salir a saludaros si os asomáis. El puente que cruza dicho lago, tiene en su mitad una pagoda con unas hermosas vistas del lugar que nos deja capturar el momento si la afluencia lo permite.
En resumidas cuentas, un lugar maravilloso para pasear, disfrutar de las esculturas y tomar fotos… muchas fotos, pues es ideal para eso. Cualquier persona aficionada a las redes sociales encontrará aquí un auténtico filón para generar contenido.