INFORMACIÓN BÁSICA
- Localización: El Museo Calouste Gulbenkian es uno de los más reconocidos de Portugal, ya que se considera una de las colecciones privadas más importantes del mundo. Se encuentra al norte de la ciudad de Lisboa, exactamente en la avenida de Berna.
- Pros: Posee una gran colección de obras de arte que abarca desde el antiguo Egipto hasta el siglo XX. Es fácil de visitar ya que están muy bien diferenciadas las salas. Tiene audioguía disponible gratuita en seis idiomas diferentes (portugués, francés, italiano, español, inglés y alemán).
- Contras: Es complicado aparcar cerca. Hay un parking de pago cercano situado en el Parque Berna.
DESCRIPCIÓN
El museo cuenta con más de seis mil piezas que el empresario armenio Calouste Gulbenkian adquirió a lo largo de su vida. En dicha colección encontramos pinturas, esculturas, libros u otros objetos que abarcan varias etapas divididas en dieciséis salas bien diferenciadas. Está gestionado por la fundación que lleva su mismo nombre y en el mismo complejo, además del museo, podemos encontrar una biblioteca de arte y archivos y el jardín Gulbenkian.
Su horario y precio es el siguiente:
Horario: De 10:00 a 18:00 horas. Cerrado todos los martes y algunos días festivos (1 de enero, 1 de mayo, 24 y 25 de diciembre y el domingo de pascua).
Precio: 10€
Descuento del 100% para menores de 12 años; descuento del 50% a menores de 30 años y mayores de 65; y descuento del 20% con la Lisboa Card.
Entrada gratuita los domingos a partir de las 14 horas.
Para planear bien tu visita puedes comprar las entradas con antelación en la página web oficial.
Nada más entrar nos ofrecen un servicio de taquilla gratuita para dejar nuestras pertenencias durante las horas de visita, algo que se agradece bastante.
La primera sala que nos encontramos es la sala de arte egipcio, con una pequeña colección de estatuillas egipcias del período tardío, el imperio nuevo y algunas incluso del imperio Antiguo.
Después pasamos a una sala de menor tamaño donde encontramos algunos objetos de arte greco-romano. Este grupo cuenta con una extraordinaria colección de monedas y medallones griegos que forman parte del tesoro encontrado en Abuquir (Egipto) en 1902, así como esculturas, cerámicas, vidrios, joyería y gemas.
Tras pasar por otra sala, en este caso de arte mesopotámico, encontramos, por ejemplo, una pequeña colección que incluye un destacado bajorrelieve asirio del palacio de Assumazirpal.
Seguidamente continuamos por un espacio mucho más grande en el que evidenciamos el interés del Museo Calouste Gulbenkian sobre el arte producido por zonas como Persia, Turquía, Siria, o India.
Continuamos viendo un pequeño conjunto de arte armenio, compuesto esencialmente por pergaminos iluminados de los siglos XVI y XVII y manuscritos con los evangelios litúrgicos. Nos damos cuenta en seguida del gran interés del coleccionista por sus orígenes.
Sin embargo, una de las zonas que más nos gustó, aun siendo pequeñita, fue la colección de cerámicas y porcelanas del lejano oriente.
A continuación encontramos varias salas con pinturas y esculturas que van desde el siglo XV hasta el XIX. Los principales centros de producción artística de los siglos XV, XVI y XVII están representados por las obras de artistas como Rubens y Rembrandt. A su vez, el siglo XVIII está representado por obras de Fragonard y Guardi. Por último Turner, Manet, Degas, Renoir y Monet son algunos de los artistas cuyas obras representan el siglo XIX.
Con respecto a la escultura, esta sección incluye piezas que datan desde la Edad Media hasta el siglo XIX. Así pues, Jean de Liège, Andrea della Robia, Pigalle, Houdon, Carpeaux y Rodin destacan en esta colección. También se exhibe una importante colección de medallas del Renacimiento.
Tras deleitarnos con tantas obras de arte, pasamos a las sucesivas salas siguientes dedicadas a las artes decorativas europeas. En dicha sección se presentan tapices del siglo XV de Flandes e Italia. También destacan obras francesas del siglo XVIII, tapices de Gobelins y Aubusson, muebles muy finos e incluso algunas piezas en plata u oro.
Para finalizar, visitamos las tres últimas salas del museo dedicadas al maestro vidriero y joyero René Lalique. Calouste Gulbenkian fue un gran admirador y coleccionista de la obra del francés, por ende, el museo integra un amplio y excepcional grupo de joyas y otros objetos. Por su calidad y homogeneidad, este conjunto es considerado único en el mundo.
En conclusión, un museo que no hay que perderse si se visita la ciudad de Lisboa, sobre todo si se es amante del arte. Tiene una colección asombrosa y muy completa de todas partes del mundo. Además las piezas están en muy buen estado de conservación. Sin duda recomendamos su visita.