Magalia (Fuenlabrada)

DESCRIPCIÓN

Habiendo acudido alguna que otra vez a este restaurante, hubo algo que nos motivó a hacer una reseña específica: el paso por el Magalia del programa de Alberto Chicote, Pesadilla en la Cocina. Días previos ya solíamos dar paseos por la zona para ver si veíamos a Chicote… y así fue. Una persona muy agradable y siempre dispuesta a hacerse una foto con sus fans. Desconocemos cómo es durante el rodaje del programa, pero a nuestro parecer fue cordial y correcto.

Pero de lo que más ganas teníamos era de probar la nueva cocina del reformado Magalia y es por ello que acudimos con tan solo una semana de diferencia desde que Alberto Chicote abandonase el local. Y he aquí nuestra primera decepción, nada de la carta del cocinero famoso había sobrevivido tan solo una semana. De hecho escuchamos a algún que otro camarero decir a una de las mesas que «no habían conservado nada de la carta» y que si querían se la podían traer para que la vieran, pero solo como mera curiosidad.

Aun así no abandonábamos la esperanza de que, al menos, hubieran mejorado en atención y en la cocina. Y con este pretexto comenzamos a describir este lugar…

Para empezar, nos llamó mucho la atención de que la fachada estuviera parcialmente reformada; en el lateral no llegaron ni a pintarlo con los nuevos colores y el nombre del restaurante, que antes ocupada toda la parte frontal, ahora solo está en la puerta de entrada al local. Este sitio tiene una amplia terraza agradable, de modo que la reserva la hicimos para comer en el exterior.

A pesar de haber hecho la reserva varios días antes, al llegar parecen no saber nada de ella. Aunque había espacio físico en la terraza, no tenían más mesas montadas de modo que tuvieron que montar una sobre la marcha y hacernos hueco de manera un tanto forzada. Teniendo en cuenta que éramos cinco, tuvieron que juntar varias mesas y, obviamente, hacernos esperar.

El siguiente punto negativo fue que, tras pedirlo todo y apuntarlo en la comanda, la camarera vuelve y nos indica que la carta del código QR (la que habíamos tomado de referencia) es solo durante el día, motivo por el cual tuvimos que empezar a revisarlo todo porque había platos que teníamos que cambiar. La camarera se ausenta nuevamente para darnos tiempo… ¡y tanto tiempo! pues se llevó sin aparecer bastantes minutos.

Carta sobre la que teníamos que pedir. Magalia (Fuenlabrada).
Carta sobre la que teníamos que pedir.

Sin más preámbulos, vamos a hablar de los platos, pero no sin antes mencionar que con la bebida nos trajeron algo para picar. Además, pedimos un entrante; las Croquetas caseras. Se notaba que no eran de bolsa y lo cierto es que tenían un buen sabor.

Croquetas caseras.
Croquetas caseras.

El primer plato que llegó fue el Filete de pollo que, como se puede apreciar, no estaba en esta carta, pero sí en la anterior, la del código QR. El plato no tenía ningún misterio; el pollo jugoso y la cantidad generosa, ideal para los peques.

Filete de pollo. Magalia (Fuenlabrada).
Filete de pollo.

El segundo que pudimos probar fue el Solomillo ibérico, también de la «otra carta». Quizá el mejor plato de la cena, pues no se trata únicamente de un solomillo a la plancha, sino que tenía un aliño con un ligero regusto dulce. Además, venía acompañado de unas patatas y pimiento frito. Un plato que pasa de largo el aprobado y arroja algo de luz a la experiencia.

Solomillo ibérico.
Solomillo ibérico.

En tercer lugar degustamos las Delicias de bacalao de la casa. El bacalao se deshacía en la boca, estaba bien de sabor y nada mal de cantidad. Pero hay que mencionar que le sobra el empanado, el cual puede llegar a arruinar un poco el plato. Lo acompaña una triste cantidad de lechuga con remolacha, lo cual, sumado a las cantidades de patatas que sirven en los platos, lo afea muchísimo.

Delicias de bacalao.
Delicias de bacalao.

Cuarto plato de la noche… la Sepia a la parrilla con alioli. Rica y jugosa, aunque lo cierto es que es difícil que un plato así salga mal. No ofrece nada nuevo y, como se suele decir, pasa «sin pena ni gloria». Asimismo, una vez más, la presentación del plato muy pobre con una escasísima ¿ensalada? acompañando.

Sepia a la parrilla con alioli. Magalia (Fuenlabrada).
Sepia a la parrilla con alioli.

Por último, llegó la Tosta de gambas con alioli. Rica, buen sabor, con una cantidad más que decente y un precio muy acertado. No engañamos si decimos que le sobraba aceite, pero lo cierto es que pasa el aprobado. Un punto negativo ya os imagináis cuál puede ser… la presentación. Una vez más una ensalada ridícula, incluso menos que en los anteriores platos, donde abunda la remolacha y escasea la lechuga.

Tosta de gambas con alioli.
Tosta de gambas con alioli.

Finalmente, llegó la hora de pagar. Teniendo en cuenta que éramos cinco personas y las cantidades eran más que aceptables, no nos pareció nada mal.

Ticket.
Ticket.

RESUMEN

Un poco de decepción al comprobar que no habían conseguido mantener los platos de Alberto Chicote ni una semana. Si bien la comida es abundante, le falta presentación y sabor. La atención no es mala, pero el servicio es bastante regular. No sabían nada de nuestra reserva para cinco, tuvieron que ponerse a montar una mesa en mitad de la terraza, nos dijeron que la carta era otra cuando ya nos habían tomado nota y los tiempos fueron demasiado largos. Un lugar que podría ofrecer mucho más con una buena dirección.

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4 comentarios

  1. Aunque los platos no estuvieran mal,lo cierto es que tendrán que superarse,ya wue el anterior dueño del Restaurante,puso el listón muy alto y es una cosa que se presta a la comparación.

  2. ! Ah,no había comprendido bien.Pues si,tenían que haber mejorado.Espero se den cuenta a tiempo,antes de que puedan ir perdiendo parte de la clientela ,por este motivo.!

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