DESCRIPCIÓN
Con motivo de celebrar el día del padre, decidimos ir a un sitio cuya cocina nos encanta a todos, la asiática, y más concretamente, el ramen. El lugar elegido fue el restaurante Igo Ramen. Habíamos leído diversas opiniones de este lugar aunque en su mayoría eran bastante positivas, lo que hizo que nos decantásemos por venir a este lugar situado cerca de la Puerta del Sol.
Nada más entrar nos topamos con una decoración muy típica de determinados bares japoneses. Si bien en este caso no se come en la barra, lo cierto es que llama bastante la atención. Elementos decorativos que nos sumergen de lleno en esta cultura.

La forma de ordenar la bebida y comida es bastante curiosa. Nada más sentarnos nos ofrecieron una tablet con la carta y una cesta de la compra. En ella vas navegando por una especie de página web con todos los platos, bebidas, etc. Si bien puedes llegar a perderte entre tantos productos, a nada que le dediquemos un poco de tiempo acabamos haciéndonos con su manejo.
Lo mejor es que puedes también añadir complementos al plato o decidir entre unas salsas u otras, etc. Una vez terminas tu cesta avisas al personal del restaurante y este lo recoge, es decir, no se hace el pago como en una web normal, simplemente sirve para hacer «la lista» de lo que se desea pedir. Pero no penséis que estamos supeditados a ello pues si a lo largo de la cena queremos pedir más cosas se harán al estilo tradicional, pidiéndolo a los camareros.
Teniendo en cuenta que íbamos la familia al completo, intentamos pedir comida bastante variada para agradar a los cinco paladares, aunque en cuestión de ramen es bastante sencillo, pues coincidimos bastante.
Para asegurarnos que la pequeña comería, pedimos para ella unas Tiras de Pollo, aunque al final acabó comiendo de todo. Estas tiras son eso… tiras de pollo, sin más. La salsa picante es bastante suave y tiene un fondo dulce que inconfundiblemente gustó.

Los Yakitori de Pollo son unas pinchos que se pueden encontrar en muchos puestos callejeros en Japón. La carne estaba muy jugosa y tenía un curioso sabor dulzón que le da la miel. Es un plato que gustó a todos y que es ideal para compartir en el centro de la mesa.
La foto que os mostramos no está completa, pues los niños atacaron el plato antes de que pudiéramos hacerle la foto. En realidad son cinco brochetas como la del medio, en lugar de las otras medio mordidas ^_^

Posteriormente le tocó el turno al primer plato de ramen; el Ramen Diablo. Se trata de unos fideos con mucho sabor y multitud de elementos para servir que acompañan a los noodles. A pesar de parecer que pica, el regusto que deja es mínimo y es perfecto para cualquier paladar. De hecho, si te gusta mucho el picante, es posible que prefieras pedir algo más fuerte. Este podría ser un dato a tener en cuenta ya que al pedir el plato a través de la tablet te permitía, en algunos casos, elegir el grado de picante que se desea.
Estos fideos vienen acompañados de huevo, naruto, sésamo, cebollino y brotes de soja. Un plato bastante profundo y perfecto para compartir.

Después le tocó el turno al Yaki Soba. Unos fideos con brotes de soja, repollo, huevo, láminas de bonito, seta seca, cebollino, sésamo, pollo picante… un sin fin de sabores e ingredientes cuya principal diferencia con el resto es que esta es sin caldo. Es bastante sabroso y lleva una cantidad más que generosa de ingredientes.
Como el resto de platos, lo pusimos en el centro para compartir donde cualquiera podía coger un poco y ponérselo en su plato gracias a las cucharas que los acompañan.

Siguiendo con la ronda de platos de ramen, nos llegó el de Ternera Curry Ramen. Una ternera con curry al estilo japonés y, al igual que el resto, con multitud de ingredientes tales como huevo, cebollino, naruto, brotes de soja, sésamo, patata, zanahoria y cebolla. Estos noodles hacen honor a su nombre y el sabor de curry, aunque suave, se nota presente. Casa bastante bien con el sésamo y tiene un sabor suave que puede convertirse en una buena elección para aquellos que están iniciándose en esto del ramen.

Sí, nos encanta el ramen, pero también pedimos otros platos para probar y no nos equivocamos. En primer lugar hablaremos del Pato Bao. Se trata de un pequeño bollo de pan cocido al vapor y frito, en este caso con pato asado, cebolla morada, pepino, sésamo, cebollino y una salsa de la casa. El sabor era bueno; el pan guarda un cierto parecido con la típica medianoche y los ingredientes acompañan al pato. Este fue quizá un punto un tanto negativo: el pato estaba demasiado seco. Esperábamos algo más de este bao.

Continuando con los bao, aterrizó en nuestra mesa el Crujiente Bao. Un bao suave relleno de pechuga de pollo rebozada, lechuga, cebolla frita y salsa de la casa. Se hizo bastante complicado para compartir pero hay que decir que este superó las expectativas. Tiene un sabor muy rico con queso presente acompañando a la carne crujiente. El pan hecho de esta manera siempre es un manjar y está perfectamente integrado con la salsa de la casa.

Por último, no podíamos dejar de probar unos buenos Dumplings de Pato y Trufa. Cuatro dumplings hechos al vapor rellenos de pato asado cortado a mano, con un toque de boletus y trufa por encima. Su interior es muy jugoso y la salsa de soja es bastante potente, algo a tener en cuenta si os gusta la soja. Aunque el sabor estuvo muy bueno, fue quizá el que pasó más desapercibido, pues no dejan de ser unos dumplings.

Finalmente, llega el momento de pagar la cuenta. Ya sabíamos cuánto iba a ser aproximadamente, pues al hacer la lista a través de la tablet, salvo bebidas adicionales que se fueron pidiendo, pudimos ver la cantidad a la que ascendía la comanda.

RESUMEN
Un lugar con una decoración que te transporta a Asia. Un buen lugar para degustar un buen ramen con una amplia oferta donde elegir. El precio nos pareció bastante correcto y el servicio muy rápido y amable. El lugar es algo pequeño, lo que se recomienda reservar con antelación si no queréis esperar.
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Restaurante Sakaba (Fuenlabrada).