INTRODUCCIÓN
Visitamos la Gran Feria Medieval en el pueblo de El Álamo, situada en el sur de Madrid, a tan sólo 37 kilómetros. Nosotros estuvimos en su XXV edición. Este pueblo limita al sur con la Comunidad de Castilla La Mancha y acoge cada año esta gran feria dedicada a la temática medieval y a la fantasía. El pueblo de El Álamo lleva realizando este evento desde 1996, demostrando cada año su éxito inconfundible.
Esta feria se celebra todos los años en el primer puente del mes de Mayo, coincidiendo con el día del trabajador y el de la Comunidad de Madrid.
DESCRIPCIÓN
UN POCO DE HISTORIA
Como decíamos, empezó en 1996 pero durando tan solo dos días y con poco más de veinticinco puestos de artesanía. Aun así, con estos humildes comienzos, tuvo más de diez mil visitantes al día. Tras cosechar tal éxito, decidieron mejorarlo y ampliarlo en sucesivas ediciones.
Debido a este éxito, en 2016 se convirtió en feria de interés turístico en la Comunidad de Madrid.
NUESTRA EXPERIENCIA
Consta de unos dos kilómetros de recorrido con más de doscientos puestos de artesanía. Todos ellos están dispuestos a lo largo del pueblo que va desde, aproximadamente, la Ermita hasta el Centro Sociocultural. A su vez, cuenta con numerosas actividades para niños como pintacaras, parques infantiles, talleres, etc. Todas estas actividades tienen un precio marcado que suele mostrarse en el propio puesto donde se encuentran.
El primer día se inaugura la feria con un desfile donde podemos ver criaturas mitológicas, ávidos guerreros, hadas, bufones y demás personajes que podemos encontrar en toda aventura que se sitúe en dicha época. Y no solo eso, también podemos disfrutar con la música de calle que numerosos figurantes van tocando durante el desfile, siendo esta un acompañamiento ideal que impregna toda la fiesta de una atmósfera inigualable.
Cabe mencionar que desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche, podemos ir disfrutando de diferentes actuaciones con diversos horarios que vienen reflejados en un programa muy completo. Todos estos espectáculos al aire libre son representados por más de cien artistas de diversas compañías de teatro y música.
Este programa es facilitado por el personal de Protección Civil que asiste en el aparcamiento o en los diversos puntos de información de los que dispone la feria.
Uno de sus espectáculos estrella es el Torneo de Justas. Los especialistas que lo representan usan diferentes vestuarios, a la par que diversas armas de época. Tres pruebas de habilidad ecuestre abren el torneo: lanzamiento de jabalina, golpe al estafermo y enganche de anillas. Después comienza la justa; un combate singular entre dos contendientes a caballo con lanza larga. ¡Solo uno quedará en pie!
Tiene lugar en la Plaza de Toros La Chacona y hay dos pases diarios. Su precio es de 5 € los adultos y 3 € los niños hasta diez años.
Como decíamos, la música nos acompaña en todo momento por cualquier parte a lo largo de toda la feria. Es una música sin interrupción que te transportará al medievo. Por la noche, al menos en esta edición, se realizaba The Celtival Music en el que podíamos escuchar diferentes grupos de Madrid, Murcia, Austria, Portugal e Italia.
Una de las cosas que el programa ofrecía en su folleto y que estábamos deseando hacer con los pequeños, era el de ver la granja de los animales y las exhibiciones de cetrería, o que tuvieran un paseo en dromedario o en burro. Pero esto no fue posible ya que, después de buscarlos por toda la feria y tras preguntar en información, al parecer habían tenido problemas para traerlos este año.
Otra de las diferentes actividades que se pueden hacer es, por ejemplo, tomarse fotos con los diferentes escenarios de época que ponen a disposición algunos puestos o incluso decorados que te vas encontrando a lo largo recorrido.
Continuando con la visita, podemos observar que los puestos que más abundan son los de artesanía. Algunos de los puestos también son sus propios talleres donde el artesano elabora el producto desde la materia prima hasta el resultado final. Los encontramos de diversas artes: orfebrería, alfarería, perfumería, herrería, cantería, espartería, etc. Muchos dependientes son muy amables y están encantados de explicar el proceso de elaboración de sus obras. Además, estas suelen ser personalizadas.
Pero donde más concentración de personas había eran los puestos donde amablemente daban a degustar sus productos; como quesos, embutidos, dulces, etc. pudiendo adquirirlos allí mismo.
Entre todos ellos, nos llamaron mucho la atención aquellos que se dedicaban a la elaboración de pan artesanal hecho con diferentes ingredientes. También era impresionante el olor que había conforme te acercabas a los puestos de hierbas aromáticas. No pudimos dejar de probar una jarra de hidromiel. Y cuando decimos jarra nos referimos a una auténtica jarra artesana hecha de madera con un símbolo celta tallado.
¿DÓNDE COMER?
La oferta gastronómica de la feria es bastante amplia. Además de los diferentes puestos de comida tales como pizza, kebap, etc., todos ellos con un toque original, existían numerosos lugares donde sentarte y pedir diferentes platos a degustar, la mayoría de ellos hechos a la brasa. La comida es algo cara y a determinadas horas es bastante difícil encontrar un sitio para sentarse. De hecho, es bastante habitual encontrar personas sentadas en el césped, aceras, etc. buscando un hueco para comer.
Los platos que más se ofertaban eran todos los relacionados con carne. Nosotros pedimos una ración de pimientos del padrón, chorizo criollo y un costillar además de pan y cuatro bebidas; todo ello nos costó 57,50 € y si bien el sabor era muy bueno y acabamos bastante hartos, el precio nos pareció elevado.
Aun así, merece la pena la experiencia.
Si os apetece, podéis ver este vídeo resumen de la Gran Feria Medieval de El Álamo que hemos hecho para vosotros. En unos dos minutos podéis haceros una idea del ambiente que allí había.
