INFORMACIÓN BÁSICA
- Localización: Aquí.
- Pros: Museo bastante grande con mucha información. La audioguía es muy instructiva y se puede utilizar desde el móvil.
- Contras: Las indicaciones del recorrido no eran correctas y puedes perderte si no estás atento.
DESCRIPCIÓN
Antes de empezar hay que decir que este museo se encuentra ubicado en La Casa del Rey, construida en 1536 y reformada en 1873 tras varios bombardeos. Está dedicado a la historia de Bruselas, de ahí su nombre. El museo se divide en varias plantas. La planta baja está dedicada a las obras artísticas, orgullo de la ciudad; la primera al desarrollo urbano; y la segunda al Manneken-Pis y, cuando nosotros estuvimos, a una exposición temporal sobre la Grand-Place.
Dado que existen numerosas piezas y obras a lo largo de las diversas salas que componen este museo, nos centraremos en, a nuestro parecer, las más interesantes de cada zona, mostrando una breve descripción de estas.
Nada más entrar en la sala de la izquierda desde la entrada, nos encontramos con una escultura de arenisca caliza de principios del siglo XIII, «Monstruo agachado». Se sospecha que servía de base a una gárgola. Se cree que es una de las más antiguas de Bruselas y formaba parte de un conjunto escultórico que adornaba la parte trasera del coro de la Iglesia de Notre-Dame de la Chapelle.
De siempre se ha creído que este tipo de seres monstruosos habitaban los confines del mundo y este tipo de esculturas servían para impresionar a los feligreses, pues constituían una advertencia para ellos ya que encarnaban los vicios que debían desterrar.
Continuando hacia la segunda sala, encontramos la escultura de «Las Tres Gracias». De autor desconocido y esculpida totalmente en mármol, estas tres doncellas desnudas representan a las Tres Gracias. Estas se cogen de la mano o la cintura y sus labios esbozan una sonrisa. Antiguamente sus pechos eran surtidores de agua y esta fuente se hallaba, probablemente, en el patio de alguna antigua mansión privada de la ciudad, abasteciendo a sus moradores de agua potable.
Siendo hijas de Júpiter, estas representan la belleza, la naturaleza, la creatividad humana y la fertilidad. Esto es así porque dichos conceptos están relacionados con la pureza del agua de la fuente.
En esta misma sala puede observarse un cuadro de la vista panorámica de Bruselas, un óleo sobre lienzo que presenta un panorama de la ciudad vista desde el sur.
Continuando la visita, en la sala contigua nos encontramos con un área dedicada a la porcelana. Desde un plato con representación de San Miguel, hasta la porcelana dura de Bruselas de estilo imperio. Un lugar donde pasar un rato agradable contemplando la belleza de tan estimadas piezas.
En la sala siguiente nos topamos con el arte de la famosa tapicería de Bruselas que tanta importancia tuvo en el pasado. Aquí nos encontramos obras tan importantes como la de «El Martirio de San Pablo». Este tapiz es inevitable de observar con detenimiento pues te atrapa en su historia que tan bien se encuentra explicada en la audioguía. Un cartón para tapiz de un enorme dibujo de casi 4×4 que se compone de unos sesenta paneles de papel ensamblados.
Aquí, además, podemos encontrar un terminal de información que contiene la explicación sobre cómo el cartón ha sido objeto de una importante restauración.
Siguiendo con nuestro recorrido vamos a dar con el «Retablo de Saluzzo». Este fue ejecutado a petición de una familia aristocrática del norte de Italia, la cual lo instaló primero en Mondovi y más tarde en Saluzzo, de ahí su nombre. Pero la ciudad de Bruselas lo adquirió a finales del siglo XIX.
Si bien el retablo originalmente era de una sola pieza, aquí lo veremos en dos partes separadas. Una obra maestra resultado de la colaboración entre diversos artistas y artesanos, todos ellos sometidos al control de sus respectivos gremios. Si queremos saber más, podemos dirigirnos a un panel interactivo donde nos irán diciendo qué parte se encargaba de hacer cada gremio. A nuestros hijos les encantó, pues fue muy entretenido de explorar.
Continuamos subiendo, no sin antes prestar atención a la gran escalera por la que subimos con sus vidrieras góticas.
En la primera planta, entrando en una gran sala, encontramos una maqueta realizada por Claire Louis que nos muestra una Bruselas del 1250. Esta se llevó a cabo gracias a los conocimientos obtenidos de los documentos escritos y gráficos medievales, excavaciones arqueológicas, comparaciones con otras ciudades, así como mapas posteriores de Bruselas.
Se estima que a mediados del siglo XIII la ciudad tenía en 5000 y 10000 habitantes. En esta maqueta se puede apreciar el puerto sobre el río Senne, la isla Saint-Géry, el mercado de abajo, el convento franciscano, la calzada, el palacio de los duques de Brabante, el Cantersteen, la muralla, etc… todo ello numerado con su correspondiente explicación para no perder detalle.
Sin embargo, la maqueta no es lo único que encontramos en este área repleta de información. Diversos planos de Bruselas que datan de distintas fechas donde podemos apreciar la realidad de la época. Los alrededores de la ciudad, su muralla, su distribución… son muchos de los elementos e información que podemos disfrutar. E incluso diversos cuadros que nos sitúan en aquella época mostrándonos cómo se vivía de una manera más gráfica y visual.
Subiendo a la segunda planta llegamos a la zona más famosa. Cobrando su respectivo protagonismo, podemos deleitarnos con el original y auténtico Manneken-Pis. Esta escultura de bronce de Jérôme Duquenoy el Viejo, fue realizada por encargo de las autoridades municipales de Bruselas allá por el 1619. Se trataba de una fuente y se situaba en una esquina cercana a la Grand-Place, si bien hoy en día es una réplica la que se encuentra en dicha localización.
Esto se debió a que la estatuilla fue objeto de diversos intentos de secuestro. En 1817 hubo que restaurarla por romperse en varios trozos y en 1965 hubo otro intento de rapto. Este último fue el que le dio una marca que se puede apreciar a la altura de las rodillas que en dicho intento se quebró, quedando pies y pantorrillas fijo en el pedestal mientras que el resto fue robado. Tras recuperarla, fue soldada y conservada a buen recaudo en el museo.
La estatua no es un niño orinando, sino un «putto», denominación que se da en historia del arte a la figura de un querubín desnudo y rechoncho, no necesariamente alado, que encarna a un pequeño espíritu inocente. Inspirado en Cupido, este «putto» orinando ya existía en la antigüedad, pero se volvió a poner de moda entre los siglos XV y XVIII.
En esta sala, además, se puede observar una escultura de teselas de cerámica, denominada «Maneken-Pis Blanco». Y no solo eso, sino que encontraremos multitud de trajes con sus respectivas representaciones, donde una selección peculiar de estos es observable en el museo. Pero, ¡Atención! No tiréis vuestras entradas pues con estas podéis ir al Museo de los trajes del Manneken-Pis. Una pequeña sala que se localiza aquí donde podéis ver muchísimos trajes más, entre ellos de diversos países y momentos distintos.
Volviendo a hablar del museo, nos queda por explicar la exposición temporal dedicada a la Grand-Place. Aquí encontramos un lienzo de época que nos muestra un incendio devastador que sufrió este lugar donde ardieron la mayoría de las casas, el ayuntamiento, etc y donde los ciudadanos corren despavoridos. También un grabado de la reconstrucción e incluso una gran estatua que colma el centro de la sala y que llama poderosamente la atención.
Y con esta última sala terminamos nuestra visita al Museo de la Ciudad de Bruselas. Un lugar repleto de historia de la capital belga donde, además, recibiremos multitud de información de forma amena e interesante con la audioguía. A su vez, y dando un paseo, podremos llegar hasta el museo de los trajes del Manneken-Pis para culminar nuestra visita sin tener que pagar más.
Nunca pensé fuera tan bonita.
Es muy interesante y variado. Aprendimos mucho sobre su historia. 😃