DESCRIPCIÓN
Durante nuestra estancia en Bélgica tuvimos la ocasión de poder disfrutar de su gastronomía. Habría que mencionar que estuvimos principalmente en la región de Flandes, pero si bien también permanecimos bastante tiempo en Bruselas, ambas se parecían considerablemente.
Tenemos que recordar que la cocina belga tiene una marcada influencia francesa y neerlandesa.
En primer lugar empezaremos hablando de las patatas fritas. Algo tan sencillo, a priori, como unas simples patatas, pueden llegar a ser todo un manjar con las diferentes combinaciones que nos van ofertando en los diversos comercios. Esto, a su vez, es casi de obligada experiencia, pues es algo muy típico. Nosotros las probamos en nuestra visita a Brujas.
📎 Entrada al Frietmuseum, el Museo de las Patatas Fritas
Estos comercios se llaman friterie y se encuentran en los lugares más transitados de las ciudades. Los hay ambulantes o fijos, como es el caso del que nosotros probamos.
El local donde comimos se encuentra en frente del Muelle del Rosario, un lugar muy visitado en Brujas. A parte del típico cono con patatas fritas en el que tú eliges la salsa que quieres, también había otros formatos en el que estaban presentes otros ingredientes. Estos pueden llegar a ser muy variados en función del que ordenes.
Aprovechamos la ocasión para probar, no solo las patatas, sino una especie albóndiga frita de gran tamaño ya troceada.
En la ciudad de Brujas hay disponible un free tour gastronómico para disfrutar de los sabores de esta bella ciudad flamenca.
📎 Free tour gastronómico por Brujas
Y, ¿qué es lo mejor para acompañar unas ricas patatas fritas? Una buena cerveza. Esta es la mejor manera de empezar hablando de la famosa cerveza belga. Una curiosidad de tomar esta maravillosa bebida en un establecimiento es que cada cerveza tiene su propio vaso.
Además de las que pudimos probar en los diversos negocios hosteleros, decidimos comprar en un supermercado otras diferentes para así poder probar algunas más tranquilamente en el lugar donde nos hospedábamos.
Aunque este país no es excesivamente grande, tiene más de mil cervezas diferentes y un amplio espectro de sabores. Desde cervezas de Abadía, siendo de las más conocidas y consumidas en España la Grimbergen; Trapistas, como la Rochefort; así como otras especiales con cereza o frambuesa. Nosotros nos deleitamos con dos Grimbergen diferentes y una Rochefort; sabores espectaculares con bastante cuerpo que no nos dejaron indiferentes. Tampoco pudimos dejar de probar la famosa Jupiter, una cerveza vendida en grandes cantidades y que, sin llegar al sabor de las mencionadas, también mereció la pena probar.
📎 Tour de la cerveza belga por Bruselas
Sin lugar a dudas, dos de los platos más famosos que probar en Bélgica son las Moules-frites, unos mejillones servidos en una olla con patatas fritas como acompañamiento, y la Carbonada flamenca, una especie de estofado de ternera y cebolla cocinado con cerveza.
Sin embargo, lo que más apreciaron los niños fue la cadena francesa de tacos O’Tacos. Se trata de una cadena de restaurantes al más puro estilo McDonalds que vende tacos en una versión francesa y que sus tamaños se caracterizan por el peso de la carne que llevan en su interior. Estos varían desde M a XXL, aunque el XXL no está en todos y creednos, es bastante difícil de acabárselo.
¿Cuál es la primera palabra que se os viene a la mente si hablamos de gastronomía y de Bélgica? ¡Los gofres! (o como se diría en neerlandés, wafles). Algo sumamente extendido en este país y de los cuales tiene bastante fama. Nosotros tuvimos la suerte de probarlos muy cerca de la Grand Place de Bruselas, unas calles llenas de puestos donde se exponían muchos de estos con topings de diferentes sabores y tú podías configurar el tuyo propio.
📎 Taller de gofres + Cata de cerveza en Brujas
Estos gofres se caracterizan por ser más ligeros, más gruesos y más crujientes que los de otros lugares. Frutas, chocolates, siropes, etc… un sin fin de ingredientes entre los que elegir y poder hacerte tu propio cofre original y con sabores espectaculares.
Comerse uno de estos de noche mientras observas la maravillosa arquitectura de la Grand Place, es un gran placer.
Otra de las cosas que hacen muy famosa la gastronomía de este país es su chocolate. La fama mundial del chocolate belga es indiscutible y no nos podíamos ir de allí sin probarlo. Este es tan único porque tiene una estructura muy fina, un alto contenido de cacao y lo hacen con el 100% de manteca de cacao. Siempre seleccionan granos de cacao de alta calidad.
📎 Tour del chocolate y la cerveza en Brujas
📎 Tour del chocolate y la cerveza por Bruselas
Prueba de su importancia es que en 2007 se creó el código del chocolate belga; un código que garantiza que el chocolate proviene realmente de Bélgica. Una curiosidad es que la fábrica más grande del mundo de chocolate se encuentra en Bélgica, exactamente en Wieze. Una de las especialidades son los bombones que se dividen en diferentes categorías.
La mejor tienda que encontramos para probar esta delicatessen fue Elisabeth Chocolatier. Un lugar donde el trato fue exquisito, nos dieron a probar antes de comprar y nos explicaron cómo elaboraban su chocolate y todo el proceso desde el cultivo hasta llegar a la tienda. Algo de lo que nos informaron era de que ellos hacían toda la cadena de producción de su propio chocolate.
Alguna de las delicias que compramos para probar fueron: un paquete con diferentes tipos de chocolates y un pequeña caja de bombones en cuyo interior nos aguardaba una nube de azúcar dando un gran toque de originalidad al sabor.
En nuestra visita a Gante, mientras comprábamos en una tienda de souvenirs, a nuestros hijos le entraron por los ojos estas piruletas de chocolate que tenían un precio bastante asequible para la cantidad de chocolate que llevaban.
También, en nuestro paseo por esa ciudad, vimos unos carritos donde vendían Cuberdons. Son un tipo de bombón belga de diferentes colores elaborados con almíbar y goma arábiga. Están reconocidos como un producto regional belga.
El sabor era más parecido al caramelo que a un bombón tradicional y hay que decir que era bastante contundente. Su precio, sin embargo, nos pareció bastante bueno pues por 5 € nos dieron una pequeña bolsita con unas 10 unidades.
RESUMEN
Además de lo que mencionamos en este post, que es lo más conocido y famoso de este maravilloso lugar, Bélgica tiene una gastronomía más extensa y variada. Un lugar que conquista no solo por sus monumentos sino que es capaz de impresionar por la diversidad de sabores que nos podemos encontrar. Sin duda, es un país para los amantes de lo dulce y ni que decir tiene para los apasionados del chocolate.
