INFORMACIÓN BÁSICA
- Localización: Aquí.
- Pros: Dispone de mucha información.
- Contras: La visita se realiza bastante rápido porque no es muy grande.
DESCRIPCIÓN
En primer lugar diremos que uno de los sitios que inicialmente vimos en Toledo fue el Real Colegio de Doncellas Nobles, incluida en la pulsera turística.
Esta pulsera permite la entrada a 7 monumentos de la ciudad:
- Monasterio de San Juan de los Reyes
- Real Colegio de las Doncellas Nobles
- Mezquita del Cristo de la Luz
- Iglesia de los Jesuitas
- Iglesia de Santo Tomé
- Iglesia del Salvador
- Sinagoga de Santa María la Blanca
Fundado por el Cardenal Silíceo en 1551 para acoger a mujeres jóvenes con escasos recursos que procedían de la archidiócesis de Toledo. Aquí se les daría formación cristiana y humana.
Años más tarde, el Rey Felipe II acepta el copatronazgo de la institución, pudiendo presentar doncellas de otra procedencia para recibir la misma educación.
Empezaremos explicando quién fue el Cardenal Silíceo. Juan Martínez Guijarro nació en Villagarcía de la Tierra (Badajoz) en 1475. Procedía de una familia humilde de labradores y fue pastor en su infancia. Estudió en Sevilla y Valencia con 17 años. Después en París con 21, fue profesor de la Universidad de Salamanca y catedrático en la Universidad de la Sorbona (París).
En 1534 el emperador Carlos I lo elige como preceptor del príncipe Felipe (Felipe II). Entonces ya es considerado un importante teólogo, filósofo y matemático. En 1541 lo nombraron obispo de Cartagena y en 1545 Arzobispo de Toledo. El papa Pablo IV lo nombra Cardenal en 1556. Se le considera un eminente humanista, matemático y es autor de numerosas publicaciones.
Posteriormente, en 1555 el papa Paulo IV le concede el cardenalato, siendo el primer arzobispo que recibía el capelo en la catedral primada.
El cuadro que se muestra en la siguiente foto se encuentra en una sala dedicada a él.
Siempre quiso ser enterrado «cerca de las colegialas» y, cuando falleció en 1557, su cuerpo reposó siempre ahí, en una humilde caja de madera cubierto por un paño y una mitra negros. Sin embargo, el sepulcro que se observa a la entrada es obra del escultor Ricardo Bellver y Ramón realizado en 1890, el cual ha representado primorosamente la figura yacente del cardenal con magníficos detalles en su vestimenta litúrgica.
Tiene las cuatro virtudes esculpidas en cada una de las esquinas: prudencia, fortaleza, justicia y templanza.
Continuamos tomando como referencia el sepulcro que se encuentra en el centro de la sala. Asimismo, detrás de este se halla el retablo principal. En él podemos ver a la virgen de Nuestra Señora de los Remedios con el niño, la cual está con las doncellas y el fundador.
A los lados del sepulcro observamos otros dos retablos más pequeños. A la derecha de este encontramos el retablo San Jerónimo. Es barroco y muestra a este santo de rodillas con actitud de arrepentimiento y penitencia.
Le acompañan atributos que son propios de la iconografía de San Jerónimo: un león, en recuerdo a la curación que le hizo a este felino; la Sagrada Escritura, por la traducción y su dedicación al estudio; el crucifijo, que reafirma su penitencia; y el reloj de arena, que expresa el paso del tiempo.
Además, frente a este y a la izquierda del sepulcro, podemos admirar otro retablo del mismo tamaño: el retablo Virgen del Pozo.
El lienzo es obra del pintor toledano Luis de Velasco, quien lo pintó por orden del cardenal. Asimismo, nos enseña la imagen de la Virgen sobre un círculo que representa la boca del pozo junto a un niño que dirige su mirada hacia ella. Esto es la representación de un sueño que tuvo el cardenal Silíceo a la edad de seis años en el que este cayó por un pozo y la virgen lo salvó.
Posteriormente, saliendo de esta sala de los retablos, pasamos al claustro. Su patio es de estilo neoclásico con forma cuadrilátera y rodeado de grandes columnas y arcos. En los pasillos del patio nos podemos ir encontrando diversos objetos sobre la vida del colegio. También hay placas conmemorativas que invitan a recorrerlo lentamente para no perder detalle.
Después de visitar el claustro y su patio nos adentramos en la capilla-iglesia. Esta es de estilo renacentista y barroco temprano con planta de cruz latina, bóveda de cañón con lunetos y crucero sobre pechinas.
Finalmente terminamos de admirar el resto del edificio del cual hay que decir que a principio de los 90 se usaba como residencia universitaria.
En conclusión, es un lugar no muy grande en extensión pero en el que puedes pasar un buen rato admirando sus elementos a la par que leemos más sobre la historia de este edificio. Para una mayor experiencia en la ciudad, no te pierdas todo lo que hay que ver en Toledo.
Me ha encantado este gran Colegio, que al parecer por las fotografías, está muy bien conservado. No lo conocía, pero por vuestra información, me ha encantado. Comprendo la rapidez que tienen con las visitas, ya que seguramente, serán muchas.
Gracias por comentar. No te dan ninguna prisa con la visita. Decimos que se ve rápido porque, en realidad, solo tiene dos salas más el patio. 🙂