INFORMACIÓN BÁSICA
- Localización: Aquí.
- Pros: Monasterio muy bien conservado.
- Contra: Poca información en el recorrido a disposición de los visitantes.
DESCRIPCIÓN
Terminando de ver Toledo, nos llevamos una grata sorpresa con el último templo que visitamos, el Monasterio de San Juan de los Reyes. Es un edificio majestuoso y el más importante erigido por los Reyes Católicos. Estos se lo encargaron hacer a Juan Guas en 1476 con la intención de convertirlo en mausoleo real. De estilo gótico hispano-flamenco.
Si tenéis pensado visitarlo, hay que tener en cuenta que los lunes y martes está cerrado. El resto de días su horario es de 10:00-14:00 y de 15:00-18:45.
La tarifa general es de 3 euros, salvo para algunos grupos; como niños de hasta 10 años, religiosos acreditados, residentes en Toledo, personas en silla de ruedas o familias numerosas los cuales entran gratuitamente. Este monumento entra dentro de aquellos que se pueden visitar con la pulsera turística.
Esta pulsera permite la entrada a 7 monumentos de la ciudad:
- Monasterio de San Juan de los Reyes
- Real Colegio de las Doncellas Nobles
- Mezquita del Cristo de la Luz
- Iglesia de los Jesuitas
- Iglesia de Santo Tomé
- Iglesia del Salvador
- Sinagoga de Santa María la Blanca
Nada más entrar accedemos por una pequeña puerta al claustro, el cual es obra de Enrique Egas ya que fue construido tras la muerte de Guas. Está formado por bóvedas de crucería sin clave central. En los muros cenefas vegetales los decoran en forma de alfiz.
Tras admirar y fotografiar el claustro pasamos a la iglesia. De ella podemos decir que tiene una sola nave con capillas laterales. Se construyó en varias etapas ya que sufrió numerosas modificaciones. El retablo mayor se hizo para el Hospital de Santa Cruz, ese es el motivo por el que tiene las armas del cardenal Mendoza, fundador del hospital. En este encontramos diferentes escenas: Jesús camino del Calvario, El Descendimiento y Santa Elena con los milagros de la Cruz. Cabe mencionar que este retablo es del siglo pasado, pues el original desapareció en la guerra napoleónica.
Si miramos hacia la izquierda, en su lateral observaremos diversos relieves con los blasones de los Reyes Católicos; sus escudos sostenidos por águilas que causan una moderada impresión. Estos se encuentran en los ábsides y contrafuertes de la portada.
En una de las capillas laterales vemos una pintura de los veintidós mártires franciscanos de Castilla.
Posteriormente, nos dirigimos al claustro alto. Es más bajo que el claustro inferior y la escalera que nos conduce hasta él es también digna de admiración. Su estilo es plateresco, con una cúpula rebajada, dividida en fajas y casetones que ostentan florones tallados en piedra.
Se conservan las águilas bicéfalas del tiempo del emperador Carlos V. Este claustro enseña mayor austeridad que el otro, mostrando una cierta distinción por el soberbio artesonado mudéjar.
Las vistas desde aquí son impresionantes y no hay que desaprovechar la ocasión para tomar una serie de instantáneas que nos recuerden nuestro paso por el monasterio.
Además, tiene un patio interior con un jardín dividido en cuatro en el que, en su centro, encontramos un pozo. En este lugar podemos disfrutar de silencio y tranquilidad.
Hay que mencionar que tiene veinte ventanales con arquería arborescente y calada que imita celosías. Esto consigue un efecto de luces y sombras muy propio del arte gótico y nos da la sensación de estar sumergidos en la historia que rodea a Toledo.
Una cosa que le encantó a nuestra pequeña fue andar por todo el claustro superior observando los diferentes tipos de gárgolas que había por la estructura. Estas eran de diferentes animales y se distrajo bastante viéndolos.
Las figuras de las gárgolas pertenecen a un estilo más propio del siglo pasado que se dio en su restauración, según el profesor Azcárate. Estas formas estrambóticas e inverosímiles de gusto romántico de tal restauración se confunde con el estilo hispano-flamenco original, con el que no tiene nada que ver.
Al bajar las escaleras para marcharnos, nos percatamos de que había una pequeña sala donde se encontraba, entre varias cosas un escritorio, un atril, un busto del cardenal Cisneros, etc.
Para terminar, salimos paseando disfrutando de la tranquilidad de los claustros con la sensación de haber visitado un lugar interesante y con una arquitectura que llama la atención. Aquí no acaba nuestra visita a la ciudad, pues hay muchas más atracciones interesantes que ver en Toledo.
Verdaderamente, me ha dejado admirada este Monasterio. Gracias a las buenas fotografías que habéis puesto, en las cuales hemos podido verlas con gran realismo y la descripción de su Historia, hacen que los que no podamos ir a verlo, si podamos disfrutar de él,.
Nos alegramos que te haya gustado nuestro post. Un saludo ^_^
Muy buena guía del Monasterio. Explicación ajustada y concisa.
Gracias, intentamos dar información suficiente sin llegar a ser excesiva.