Restaurante La Sal (Isla Cristina)

DESCRIPCIÓN

Una vez ya establecidos en Isla Cristina, el primer sitio donde comer iba a ser indudablemente el restaurante La Sal. Y decimos indudablemente porque es bastante conocido en la zona y un lugar muy recomendado por conocidos que ya habían estado en alguna ocasión. A este lugar se puede ir a comer de dos maneras diferentes: de tapeo o de carta. Nosotros probamos ambas maneras pero nos centraremos en primer lugar en la carta.

Para empezar, hay que advertir que reservamos mesas ya que en verano aquello se llena hasta la bandera y, si no tienes reserva, te tocará esperar un buen rato hasta que quede libre alguna. Uno de los puntos muy positivos de este sitio es que es un lugar muy tranquilo, ya que se encuentra en el Paseo de Las Flores (aquí tenéis su ubicación), un lugar peatonal con varios locales y muy espacioso donde los niños pueden corretear sin ningún tipo de peligro.

Una vez sentados nos dispusimos a pedir la bebida; un popurrí de cosas debido a la diversidad de gustos y edades de las que se compone nuestra familia. Solo se apreció un punto negativo (por decirlo de alguna manera), el vino estaba demasiado frío para tratarse de un roble Rivera del Duero. Pero salvando este dato, el resto transcurrió sin inconvenientes.

Después empezamos a calcular cuántos platos íbamos a pedir, pues lo cierto es que todo tenía un nombre estupendo y no queríamos perdernos nada. Nuestra sorpresa fue que cuando empezamos a decirle al camarero todo lo que queríamos, nos sorprendió la manera en la que nos paró en seco… estábamos pidiendo demasiado. Fue un consejo/advertencia que se agradece, pues en muchas ocasiones vamos a cualquier sitio y desconocemos las cantidades que nos ponen en los platos y a veces, como dice el refrán, «llenamos el ojo antes que la barriga». Eso de sobrar comida no es algo que nos guste, por ello hicimos caso de la recomendación y preferimos probar lo que considerábamos obligatorio para dejar abierta la posibilidad de pedir más platos si nos quedábamos con hambre. No olvidéis que en las fotos siempre parece menos cantidad de lo que es en realidad.

Como entrante frío pedimos la ensalada de pulpo con naranja y salsa rosa; un plato cargado de sabor que hasta a los niños gustó. Lo mejor de todo es que no tenía tres o cuatro trozos tristes de pulpo, sino que fue bastante generoso con este cefalópodo 🙂

Ensalada de pulpo con naranja y salsa rosa.
Ensalada de pulpo con naranja y salsa rosa.

El segundo plato en hacer aparición, como entrante caliente, aterrizaron en nuestra mesa los huevos rotos con pulpo al ajillo y cebolla caramelizada. Un manjar increíble que disponía, nuevamente, de una generosa cantidad de pulpo; un género que este restaurante sabe tratar con éxito.

Huevos rotos con pulpo al ajillo y cebolla caramelizada.
Huevos rotos con pulpo al ajillo y cebolla caramelizada.

Tercer plato, aunque primero para la pequeña, media ración (con bastante cantidad) de calamares en rodajas. Decimos que fue su primero porque no era muy amiga del pulpo, lo que limitaba bastante sus opciones dentro de lo que pedimos. No hay mucho que decir en este caso, un pedido seguro para los más pequeños si queréis que coman.

Calamares en rodajas del restaurante La Sal.
Calamares en rodajas.

El cuarto plato… media ración de longuerones. Esto estaba fuera de carta y fue una opción que nos dieron, suponiendo que va cambiando en base a lo que dispongan de género.

Ración de longuerones del Restaurante La Sal.
1/2 Ración de longuerones.

Pero el plato que más esperábamos y que tuvimos en mente incluso antes de sentarnos en la mesa, era el de coquinas al ajillo. Esta variedad de molusco es todo un manjar y más en esta zona, de modo que siempre que ponemos un pie por estas tierras no puede faltar nuestra rica ración de coquinas.

Coquinas del Restaurante La Sal.
Coquinas.

Aunque estábamos saciados, decidimos probar algún postre para comprobar qué tal estaban de sabor. El resultado fue placentero; no nos equivocamos. Además, se estaba tan bien en esta mesa (nos tocó a unos metros de la Fuente de la plaza y nos llegaban ligeras gotas de agua pulverizada) que preferimos alargar nuestra visita pidiendo la tarta de queso y la tarta de galleta María con caramelo y turrón (no recordamos exactamente el nombre, pero el sabor sí que lo podemos traer al presente).

Por último, llegó el momento de pagar. Y nos sorprendió gratamente… el precio era bastante bueno teniendo en cuenta la calidad de la comida y la cantidad de los platos, más aún si contamos con que éramos cinco.

Ticket del Restaurante La Sal (Carta).
Ticket del Restaurante La Sal (Carta).

Aunque hemos empezado explicando la cena, tal como ya adelantábamos al inicio de este post, habíamos ido esa misma tarde para probar esa otra modalidad; el tapeo. Nos hicimos con varias tapas para poder probar toda la variedad posible que este restaurante ofrece y estas no tienen nada que envidiar a unos buenos platos pero con una cantidad más ligera. Nos lanzamos a probar ocho tapas más la media ración de calamares que pidió la pequeña… sí, igual que por la noche; y es que le gustó tanto que no hubo manera de convencerla para que probase otra cosa.

Tortillitas de camarones y ensaladilla de marisco hicieron aparición en primer lugar. Unas tapas de precio reducido pero de sabor extraordinario.

Seguidas y con una celeridad envidiable, llegó el turno de la ensaladilla de pulpo y el queso de cabra frito. De este último no pudimos resistir la tentación de repetir.

Terminamos con el atún en tomate, carrillada en salsa y albóndigas de choco por un lado y la media ración de calamares por otro.

Hubo otra tapa de la que cometimos el imperdonable error de no fotografiar; el pulpo a la gallega. Si bien no estábamos en Galicia, esta tapa estaba muy bien elaborada.

¿El precio? Muy bueno. Con esto comimos los cinco y quedamos bastante satisfechos.

Ticket del Restaurante La Sal (Tapeo).
Ticket del Restaurante La Sal (Tapeo).

RESUMEN

Sitio muy bien ubicado. Los camareros fueron muy rápidos, amables y bien organizados. La comida excelente; tanto de tapeo como de carta habiendo probado ambas modalidades en momentos distintos. El precio, bastante razonable. Es casi visita obligada si vas a Isla Cristina. Buen género, buena elaboración y buena ejecución.

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2 comentarios

  1. Juana Blasco Bellido

    Desde luego que, después de haber visto vuestro comentario, tan bien ilustrado,dándonos una visión tan real y precisa,que deseando estoy de poder «catarlo»,pues es fabuloso. Como siempre, gracias,,por vuestra buena información.

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