INFORMACIÓN BÁSICA
- Localización: Aquí.
- Pros: Es un sitio histórico e interesante que no puedes dejar de ver si vas a la provincia de Toledo.
- Contras: Si no encuentras aparcamiento tienes que dejar el coche en el parking de abajo, teniendo un bonito paseo hasta llegar.
DESCRIPCIÓN
Si vas a Consuegra lo que es imposible perderte… ¿qué es? Efectivamente, los molinos de viento. Y es que estos molinos de viento ubicados en el cerro Calderico, al lado del Castillo de Consuegra, nos evocan el recuerdo de la obra de Miguel de Cervantes. En la cima de este cerro se construyeron trece molinos de viento; dos durante el siglo XVIII y los once restantes a lo largo del siglo XIX. Todos ellos nos recuerdan a los molinos holandeses del siglo XVI, aunque de todos estos se conservan solo doce.
Estos molinos fueron los que inspiraron a Miguel de Cervantes a escribir su famosa obra, Don Quijote De La Mancha. Nos referimos al episodio en el que el ingenioso hidalgo transforma en malvados gigantes a estos molinos, llegando a entablar batalla con ellos y perdiendo la contienda. Los nombres de estos molinos hacen honor a la novela siendo estos: Alcancía, Cardeño, Clavileño, Caballero del Verde Gabán, Mambrino, Mochilas, Espartero, Sancho, Vista Alegre, Bolero, Rucio y el que más le gustó a nuestra pequeña, Chispas.
Varios de estos molinos funcionan con diferentes propósitos a día de hoy; Rucio se pone en funcionamiento durante la molienda de Consuegra, siendo también visitable el resto del año ya que es la tienda de productos típicos de la región; Sancho es utilizado durante la Fiesta De la Rosa del Azafrán, celebrada el último fin de semana de octubre coincidiendo con el momento en el que se realiza la recogida de la flor del azafrán; y Bolero, el cual es visitable, ya que se trata de la oficina de turismo y el museo.
Hablando de este último, fue en el que entramos a conocer para ver cómo son estos gigantes por dentro. Su acceso está incluido en la entrada de 7 € en el que también lo está la visita al Museo Arqueológico Municipal y al Castillo de La Muela, cuyos posts podéis ver pinchando en sus enlaces correspondientes.
Nada más entrar nos atiende una persona muy agradable. Lo primero que nos indica es si está el aforo completo y lo que nos vamos a encontrar durante la visita. Se trata de un lugar muy pequeño en el que pocas personas caben y hay que turnarse para subir las escaleras. Nos hubiera gustado que alguien hubiera guiado la visita tal como ocurre en el museo o en el castillo, pero es lógico pensar que esto no pueda ser así por tratarse de un sitio tan estrecho.
Al subir al «primer piso», nos encontramos un lugar de descanso del molinero. Si bien no vivía aquí, sí era un lugar en el que descansaba cuando lo necesitaba.
En esta estancia tenía también las herramientas necesarias de las que se valía para realizar su labor.
En el último piso nos topamos con el mecanismo del molino y un panel explicativo del funcionamiento de todas sus partes.
En esta pequeña sala y a falta de guía, estaba puesto un DVD en español/inglés en el que se nos explica el funcionamiento del molino y la vida del molinero. Además, nos informa de otros datos de interés relacionados con la molienda. En él también se aprecia con todo detalle la puesta en marcha de este en el que se escucha el crujir de sus partes y el movimiento que se produce gracias al viento. Si dispones de tiempo suficiente, es muy recomendable ver el vídeo de principio a fin.
Cinco de todos los molinos conservan el mecanismo original y están en condiciones de ponerse en funcionamiento, siendo uno de ellos este museo junto a Sancho, Rucio, Mochilas y Espartero. Sin embargo, por fuera los molinos no eran como los vemos actualmente, sino que su construcción estaba basada en mampostería de adobe y piedra con techos de paja cuyo color era marrón y no blanco ni con los techos de zinc.
Por las pequeñas ventanas del molino museo se puede ver el paisaje manchego y algunos de los otros molinos mencionados.
Un lugar muy bonito para ver atardecer y finalizar una jornada repleta de experiencias e historia.