DESCRIPCIÓN
Encontrándonos en el pueblo de Consuegra de visita, decidimos hacer la reserva el día antes para este restaurante. Está muy próximo a la Plaza España, la plaza principal del pueblo, y su ubicación exacta la podéis ver aquí.
En una calle no muy ancha, nos encontramos este local en el que has de bajar por unas escaleras hasta su entrada.
Al entrar, lo primero que encuentras es una barra de bar a la izquierda, donde también se hallan los aseos, y cuatro o cinco mesas. Ya a la derecha está el salón comedor, pero nosotros no pudimos verlo dado que nos sentaron al lado de la barra a pesar de haber realizado reserva. Este fue un punto que no nos gustó en absoluto, pues al reservar nos podrían haber avisado. No es agradable estar comiendo en un lugar de paso con la barra justo al lado. Al quejarnos de este hecho y explicar que teníamos reserva, básicamente nos contestaron que lo lamentaban pero que tenían todo reservado y que decidiéramos nosotros si quedarnos o irnos. Esto fue bastante molesto, puesto que en esta zona, y más aún con COVID-19, es difícil encontrar un sitio sin reserva y más en fin de semana ya que este pueblo tiene mucho turismo.
No teniendo un amplio abanico de opciones (básicamente porque teníamos que aguantarnos con lo que había), decidimos quedarnos e intentar disfrutar de la comida.
Nos decantamos por el menú, salvo la pequeña que pidió un plato combinado ya que era muy probable que no le gustara lo que había. El vino que pusieron estaba bastante bien, uno de la tierra con un color rojo intenso característico que además tenía un sabor más que aceptable.
Como primer plato decidimos probar la sopa castellana por un lado, y las migas coronadas con huevo frito por otro. La sopa castellana tenía un sabor muy rico e intenso. No era muy abundante pero este plato, en concreto, tenía una cantidad aceptable.
Algo similar ocurre con las migas, muy buen sabor que demuestra que estamos ante comida casera pero en este particular fue algo escaso en cantidad.
La pequeña, como ya adelantábamos anteriormente, optó por un plato combinado de tiras de pollo con patatas fritas y huevo. Se agradecía bastante que no fuera congelado, pues se trataba de algo hecho allí y las patatas eran naturales y no las típicas congeladas. Una vez más apreciamos comida casera hasta en el plato de nuestra hija pequeña.
Después pasamos a los segundos platos. Aquí optamos por el solomillo de cerdo por un lado, y el pollo con salsa de almendras por otro.
El solomillo estaba bueno; la carne estaba muy bien pero no preguntaron el punto de cocción en ningún momento lo que terminó por ser un plato muy hecho y de cantidad muy escasa, ya que los medallones eran bastante pequeños.
Con respecto al pollo; jugoso y con una salsa bastante sabrosa. Este plato fue más acierto que el otro puesto que se trataba de un sabor distinto y con matices muy agradables al paladar. Aunque otra vez volvemos al mismo error… la cantidad.
Ya para terminar, llegaron los postres. La pequeña, aunque su pedido no llevaba postre, decidimos pedirle una natilla. El mediano pidió arroz con leche. Ambos postres eran caseros y con buen sabor. Nosotros, sin embargo, nos decantamos por la tarta de queso con frambuesa por encima y, por otro lado, la tarta de chocolate. La tarta de queso estaba estupenda y el coulis de frambuesa le daba un toque genial. La tarta de chocolate tenía una textura abizcochada y también gozaba de sabores agradables sin llegar a empalagar.
En este caso las cantidades eran totalmente correctas, acorde con lo que se puede esperar de un postre, si bien podían haber tenido una mejor presentación.
Ya por último, llegó el momento de pagar. No sorprende en absoluto, pues se trataban de tres menús, un plato combinado, un postre (fuera de menú) y un café, el cual no estaba incluido.
RESUMEN
Empezamos con mal pie al haber reservado con anterioridad y poniéndonos en una mesa al lado de la barra en vez de en el comedor, detalle que podrían haber avisado. Si bien no dieron ninguna solución (quedarnos ahí o irnos), el resto de la comida gozamos de una atención muy agradable y atenta por parte de nuestro camarero. Los platos se nota que son caseros e iban saliendo a tiempo y para todos a la vez, lo cual se agradece. Sin embargo, la cantidad nos pareció escasa. En lineas generales, el precio del menú nos pareció caro para el tipo de comida y la cantidad.