INFORMACIÓN BÁSICA
- Localización: Aquí.
- Pros: Muy interesante para conocer la historia del pueblo. La guía Cristina fue excelente.
- Contras: Te quedas con ganas de más al ser un poco pequeño a pesar de la historia que tiene el pueblo.
DESCRIPCIÓN
Comenzando nuestra visita al precioso pueblo de Consuegra, decidimos ir a la Plaza España como primera parada. Justo allí se encuentra el Museo Arqueológico Municipal de Consuegra en un edificio histórico. Un museo pequeño pero con mucha historia. Es posible que al leer estas palabras más de uno piense: «es normal que sea pequeño, es un pueblo». Pero lo cierto es que no es eso por lo que lo decimos; Consuegra tiene mucha historia (más de la que imaginábamos) y el museo es muy interesante y repleto de información. De ahí que se nos quedase pequeño; nos quedamos con ganas de más.
En primer lugar, nada más empezar a subir las escaleras hacia la primera planta donde se encuentra el museo, ya nos vamos encontrando parte del legado histórico de este pueblo.
Una vez llegamos a la puerta del museo, nos piden las entradas y nos explican cuándo va a empezar la visita, ya que se van formando grupos. Cuando nosotros llegamos justo iba a empezar una y lo cierto es que no esperamos nada.
Seguidamente, Cristina, la guía, nos va indicando que vamos a ir parando en cada vitrina para darnos las explicaciones correspondientes. Una cosa que nos encantó de ella era la naturalidad y entusiasmo con el que nos contaba las cosas.
Nuestra primera parada es «El legado de Consuegra»; de aquí nos llamó mucho la atención la piedra tallada en arenisca con la Cruz de la Orden de San Juan que data del siglo XIII. Esta cruz pertenecía al portón de la Parroquia Santa María la Mayor, desaparecida hoy día. Las puntas de la cruz simbolizan las ocho obligaciones o aspiraciones de los caballeros de la Orden.
La siguiente vitrina trata de los distintos tesoros que han ido apareciendo de las diferentes edades (del hierro, romana, media, moderna) y su posición en un mapa.
Siguiendo el orden de la visita, le toca el turno a «La domesticación del agua». Nos resultó muy interesante el ladrillo con escotadura de la época romana. Es una pieza de barro cocido que se utilizaba en complejos termales para la calefacción de las salas; un sistema bastante parecido al que seguimos hoy en día con el suelo radiante.
La próxima cristalera donde nos detendríamos sería «Calderico» donde nos hablan de este cerro, el cual es un punto estratégico de La Mancha toledana. Un aumento de la perspectiva del horizonte donde las diferentes culturas lo han utilizado como elemento de protección.
Otra de las vitrinas es «Ritos y creencias», donde encontramos amuletos, colección de cruces, la llave de la desaparecida parroquia Santa María la Mayor, etc. Gracias a los objetos que se han ido descubriendo de los pueblos se ha podido conocer a sus dioses, sacerdotisas, símbolos, rituales y creencias.
Continuando la visita, llegamos hasta «La imagen del poder»; donde podemos encontrar una serie de sellos de Felipe II, Felipe IV, así como escudillas de la Edad Moderna, y platos de Manises de la Edad Media.
Acabando con las vitrinas de la derecha, llegamos a «Guerreros, caballeros y soldados». Un lugar que nos muestra proyectiles de artillería, de fusiles, sables de caballería, dagas con empuñadura de hueso… todo ello de la edad moderna y contemporánea. A nuestro hijo fue lo que más le gustó.
«Consuegra, ¿puerto del Mediterráneo?» es nuestra siguiente parada. Un lugar donde se nos enseña mucho sobre el comercio en la localidad. Es aquí donde nos explican que el azafrán fue un cultivo introducido por los musulmanes durante el Califato de Córdoba y que se quedó como un producto identitario en Consuegra. Entre las cosas que podemos ver, apreciamos un fragmento de ánfora con monedas romanas el cual se cree se encontraba sumergido dadas las incrustaciones de conchas de mar.
Justo a su izquierda se encuentra «La hora de comer», una cristalera que nos muestra diversos útiles de cocina de cerámica y otros materiales, además de la tradición alfarera de Consuegra, de la cual solo queda a día de hoy el Alfar de Rosa; un taller artesano de alfarería y cerámica.
Uno de los más curiosos es «Zapatero a tus zapatos», una exposición del calzado utilizado en el siglo XV, donde nos llama poderosamente la atención el uso de lengüetas, plataformas, etc. Pero aún más curioso es el número de pie que la mayoría de adultos utilizaban, el 29-30 aproximadamente. Esto era porque en la antigüedad el ser humano no gozaba de la altura que se tiene hoy día.
La siguiente vitrina es «Vida cotidiana». Fuera de lo político, religioso y militar, nos adentramos en las relaciones sociales de la época con objetos relacionados con el juego, el entretenimiento, etc. Aquí nos hablan del «Alquerque del doce»; una versión primitiva del famoso juego de «Las damas», con 24 piezas (la mitad de cada color) en el cual gana el que se apodere de las fichas del contrincante.
Para terminar, damos paso a «Molinos y Quixotes». Además de los objetos que se muestran, nos hacen hincapié en que miremos la foto del fondo donde se observa el estado del castillo original y el aspecto real de los molinos. Estos no eran blancos, sino que se trataba de edificaciones de piedra y adobe. Su techo era de paja, a diferencia de hoy día que es de zinc.
Finalmente, antes de salir y dar por finalizada la visita, nos enseñan dos imágenes que nos explican la gran inundación que hubo el 11 de septiembre de 1891 en la que murieron 356 personas, quedando el 45% de Consuegra inundada. A esto habría que sumarle los más de 600 edificios destruidos, una de las mayores catástrofes naturales de la historia de España, de la que se hizo eco el New York Times.
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Museo Nacional Arte Romano (Mérida).
