Museo de la Molinería (Morata de Tajuña)

INFORMACIÓN BÁSICA

  • Localización: Aquí.
  • Pros: Muy instructivo y la guía Rosa muy atenta y con gran formación y conocimiento. La entrada es gratuita.
  • Contra: No está bien indicado el acceso en vehículo propio.

DESCRIPCIÓN

Para tener un día completo, decidimos complementar esta visita al Museo de la Molintería con la ruta por la Senda de El Bosque; que está en el mismo pueblo.

Este lugar se encuentra a las afueras del pueblecito madrileño de Morata de Tajuña, muy conocido por sus palmeritas de sabor inconfundible.

Por internet ya nos adelantaron que era una visita muy interesante y de obligado cumplimiento; sus comentarios eran todos positivos. Eso sí, recomendamos que se coja cita previa en el teléfono que figura en su web ya que, si vais de improviso, puede que podáis entrar o puede que no ya que no puede haber más de nueve personas por visita. La duración aproximada de la visita guiada es de unos 50 minutos.

Como adelantamos en los «contras», el acceso en coche no está muy claro. De hecho, nosotros nos pasamos la entrada y acabamos aparcando al lado de un parque canino que está justo en frente, pero por el que se puede acceder fácilmente.

Nada más observar el edificio, se aprecia su singularidad arquitectónica que Rosa nos explicó muy convenientemente.

Edificio del museo de la Molinería.
Edificio del museo.

Tras la explicación del edificio en el que nos contarán cómo era inicialmente y el porqué se cambió y evolucionó, pasamos a la historia en sí, no solo de este lugar, sino de cómo ha ido cambiando con el tiempo y las diferentes épocas, la manera en la que se molía el grano.

Un dato clave que hizo que la visita fuera muy agradable para los niños fue que la guía interactuaba mucho con ellos. Les proponía moler el grano de diferentes maneras y les hacía preguntas fáciles para que ellos se vieran inmersos en todo lo que contaba.

Nada más entrar, podemos apreciar lo bien cuidado que está todo por dentro. A su vez, un maniquí de una mujer vestida con el traje de la fiesta de «Los Mayos», nos da la bienvenida al museo. Se trata del traje tradicional del pueblo de Morata de Tajuña, utilizado para bailar la noche del 30 de abril delante de la Virgen de la Antigua.

Entrada del museo de la Molinería.
Entrada del museo.

Lo siguiente que nos enseñarán, además de fotos antiguas muy interesantes, será la maqueta de la distribución de las casas que acogían estos molinos, estando su reproducción muy bien hecha y muy bien acompañada de todas las explicaciones.

Posterior a esto, entraremos en una sala donde nos irán explicando la forma de moler así como la creación de los primeros molinos y de su evolución de la mano de los diferentes pueblos que han ido asentándose en nuestro país. En este punto, los niños estuvieron muy entretenidos probando las diferentes formas de moler.

Ver el funcionamiento de un molino impulsado por la fuerza del agua impresiona, y es lo que se aprecia y se explica en la siguiente sala a la que nos llevaron. Esta parte de la visita es muy instructiva y a los más pequeños también les gustará, ya que no solo nos explicarán el funcionamiento EN VIVO, sino que ver cómo baja el agua y con su fuerza activa una serie de engranajes cuyo resultado final es moler el grano, es algo digno de ver.

El molino. Museo de la Molinería.
El molino.

La explicación consistía en hacernos ver cómo abrían la compuerta para permitir el paso del agua. Tras una trampilla, se puede observar cómo baja con fuerza activando así el mecanismo del molino haciendo girar la muela que, posteriormente, dará lugar a la harina.

Fuerza del agua que activa el molino. Museo de la Molinería.
Fuerza del agua que activa el molino.
Funcionamiento del molino. Museo de la Molinería.
Funcionamiento del molino.

También nos darán bastante información acerca de cómo han ido mejorando las diferentes partes del molino, entre ellas las muelas; la solera y la volandera. Un elemento costoso, pesado y difícil de manejar que era el pilar fundamental para que pudieran moler. Los propios molineros también tenían que tener conocimientos sobre la piedra. Esto era importante para saber fijar la distancia entre ellas y mantener estas en buen estado con los trabajos de repicado.

Vista lateral de las piedras del molino. Museo de la Molinería.
Vista lateral de las piedras del molino.

Pero cuando el agua no es un elemento válido por la sequía del río, tenían que entrar en juego otros factores para poder proseguir con la producción. Esta pieza fue una suerte poder conservarla ya que muchos molinos de la época la habían vendido y esta, sin embargo, se conservaba tal cual.

Pieza conservada originalmente. Museo de la Molinería.
Pieza conservada originalmente.

Posterior a esto, toca subir unas escaleras hasta la zona superior donde veremos, en primer lugar, un cilindro triar o desarvejador; maquinaria utilizada para limpiar el trigo de impurezas tales como piedras, granos rotos o semillas extrañas.

Cilindro triar o desarvejador. Museo de la Molinería.
Cilindro triar o desarvejador.

Y, por último, pasaremos a ver un cernedor centrífugo; una máquina para cerner o tamizar el producto molido.

Cenedor centrífugo. Museo de la Molinería.
Cenedor centrífugo.

Cuando acabamos la visita, la guía nos sorprendió con una actividad para los pequeños. Plantaron trigo para llevárselo, además de darles un recortable del molino para hacerlo en casa. Algo con lo que lo pasaron genial; y un recuerdo de su paso por el museo de la Molinería.

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