Restaurante Africano La Teranga (Madrid)

DESCRIPCIÓN

Supimos de este restaurante antes de que nos confinaran, aunque tuvo la oportunidad justo en este momento. Nos llamaba mucho la atención y nos despertaba mucha curiosidad esta cocina… la senegalesa. Una gastronomía con influencia francesa, portuguesa y de otros países.

En pleno corazón del multicultural barrio de Lavapiés, encontramos en una calle, no muy ancha, el restaurante africano «La Teranga»; regentado por unos dueños muy amables y serviciales. La ubicación exacta la tenéis aquí.

Lo primero que vemos es una generosa fachada que no nos deja duda de dónde estamos, sobre todo si lo comparamos con otros algo más pequeños.

Fachada del Restaurante La Teranga.
Fachada del Restaurante La Teranga.

El cartel con las fotos de los platos quizá sobra, puesto que la entrada del restaurante es bastante llamativa, lo otro le da un toque de «comida rápida» y no le hace justicia… pero para gusto los colores.

Nada más entrar nos atienden de un modo muy educado y servicial mientras nos indican dónde está nuestra mesa. La decoración está compuesta por varios cuadros que representan la cultura africana donde, además, hay televisiones con música de acompañamiento.

Carta del restaurante La Teranga.
Carta del restaurante.

Nos ofrecen la carta en papel y en digital mediante un código QR. Tras ello, nos dejan un tiempo tranquilos para poder decidir. Aunque ya habíamos mirado en qué consistían los platos, bien es cierto que de las bebidas no ojeamos gran cosa. Mientras nos decidíamos observamos un curioso detalle, la «presentación» que tenemos en el reverso de la carta.

Carta de bienvenida.
Carta de bienvenida.

Un detalle a tener en cuenta es que las mesas son bastante pequeñas para cuatro personas. Para dos pueden no estar mal, pero si somos más se nos va a quedar bastante corta. A su vez, la distancia entre las mismas no es mucha, de modo que si os preocupa mucho el tema COVID es posible que debáis descantaros por otro restaurante.

Para beber pedimos, además de la Fanta naranja y el zumo de melocotón para los niños, un zumo Bissap (hecho a partir de la flor del hibisco) y uno Bouye (hecho de la pulpa del baobap). Un punto muy positivo, pues los sabores son bastante novedosos y la textura muy interesante. Más concretamente podemos decir que el Bouye recordaba al melocotón y el Bissap parecía un zumo de frutas tropicales muy refrescante.

A la izquierda, zumo Bissap; a la derecha, zumo Bouye.
A la izquierda, zumo Bissap; a la derecha, zumo Bouye.

Aunque lo pedimos más adelante, también probamos el Djindjere; hecho de jengibre. El primer sorbo nos da frescor y después este nos deja un sabor picante en la lengua.

Djindjere.
Djindjere.

Como entrante nos decantamos por la Samousa; una especie de empanadillas de carne de ternera (se puede elegir también de verduras o pollo) con un sabor muy rico y conocido. La salsa que lo acompaña, sin embargo, sí es algo diferente pues es refrescante en boca y tiene un sabor ligeramente agridulce con un fondo algo picante. Debemos mencionar que nos inclinamos por este en sustitución a la Fataya, que no tenían.

Samousa.
Samousa.

Uno de los primeros platos en llegar fue el Thiébu Djeune; basado en arroz con pescado y verduras muy especiadas con unas salsas de sabor novedoso, si no estáis acostumbrados a la comida senegalesa. Un plato muy abundante que da multitud de sabores mezclados pero muy bien integrados entre sí.

Thiébu Djeune de La Teranga.
Thiébu Djeune.

El siguiente en hacer aparición fue el Mafé; un plato de arroz con ternera en salsa de cacahuete. Esta salsa de la que hablamos nos impresionó gratamente pues, además de no estar acostumbrados a su sabor, se trata de una propuesta muy interesante. La ternera, a su vez, se deshacía en la boca dando una textura muy agradable.

Mafé.
Mafé.

El tercer plato que llegó fue el Yassa; un arroz con pollo y una salsa de cebolla a parte, con un toque picante. A la pequeña le costó algo comerse el pollo porque estaba demasiado hecho y, por consiguiente, seco. La salsa intentó no tocarla pues le parecía demasiado picante.

Yassa.
Yassa.

Por último, llegó el Thiébu Yapp; compuesto por un guiso de carne picante con arroz, muy popular en Senegal y Gandía. También llevaba una salsa de cebolla y macedonia de verduras que hacían de este un gran acompañamiento. Un buen maridaje a tener en cuenta.

A nuestro hijo le gustó bastante; de hecho, en la foto, se aprecia que el plato no está completamente montado debido a que le «hincó el diente» antes de que pudiéramos tomar la foto 😛

Thiébu Yapp.
Thiébu Yapp.

Hay que mencionar que los platos son muy abundantes y nosotros «nos pasamos» pidiendo, lo cual no nos dejó hueco para el postre porque llevan suficiente cantidad como para compartir entre varios.

Por último, pedimos la cuenta. El precio nos pareció muy acorde con el tipo de cocina, la calidad y la cantidad; haciendo de este un sitio recomendable.

Lo que nos pareció algo caro fue la bebida de los niños; la Fanta naranja y el zumo de melocotón. Dos bebidas comunes con el mismo precio que las otras más elaboradas.

Cuenta del restaurante La Teranga.
Cuenta de La Teranga.

RESUMEN

Es un restaurante recomendable para probar este tipo de cocina, la cual es bastante interesante. Hay que hacer hincapié en la cantidad y no guiarse por un plato-una persona ya que es preferible pedir para compartir y así probar un poco de todo. Los tiempos de espera no fueron largos y sacaron los cuatro platos principales a la vez, lo cual es de agradecer.

Las mesas fue un punto bastante negativo, pues nos agobiamos mucho por la falta de espacio.

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